Una vida dedicada a la lucha contra la tuberculosis

El doctor Ramón Pla Armengol (Lleida 1880 – Barcelona 1956) fue un médico español y pionero farmacéutico que dejó un legado significativo en la investigación y tratamiento de la tuberculosis, una de las principales causas de muerte de la población en España y en el mundo a principios del siglo XX. Su pasión por la medicina se desarrolló tempranamente y lo llevó a convertirse en una figura destacada en su campo. Por ello, su hija Nuria Pla Monseny quiso conservar y honrar su recuerdo a través de la Fundación Ramón Pla Armengol y el proyecto museístico.
Adéntrate en la vida del doctor Ramón Pla Armengol a través del Instituto de Investigación Ravetllat-Pla y la actual Casa Museo Nuria Pla para conocer un poco más sobre la historia de la industria farmacéutica catalana de la mano de este investigador.
 
Ramón Pla Armengol se licenció en la Facultad de Medicina de Barcelona en el curso de 1902, doctorándose en Madrid en 1904 en la Universidad Central. Ligado también a la política, planteó la necesidad de incluir la cultura catalana en el pensamiento científico. Destaca una consideración social respecto al origen y gestión de la tuberculosis, poniendo sobre la mesa la necesidad de mejoras en las condiciones sociales como parte del plan para combatir dicha enfermedad (potabilidad del agua, mejoras en la alimentación de la población, etc.) Fue este interés por la política lo que le llevo también a ser miembro de la Academia de Higiene y cofundador del Sindicato de Médicos de Cataluña en el 1920.
 

La industria farmacéutica en Barcelona

Ramón Pla pronto dejó Lleida para vivir y trabajar en Barcelona, donde se estableció con su mujer y su hija, la cual posteriormente le sucedería. Desarrolló gran parte de su carrera médica consiguiendo plaza de médico interno del Hospital de la Santa Creu y siendo auxiliar de laboratorio de Bacteriología, donde colaboró con el Doctor Ramon Turró y Darder.
 
Los descubrimientos del doctor Pla Armengol en relación con la tuberculosis fueron fundamentales para avanzar en la comprensión y el tratamiento de esta enfermedad. Fue gracias a su participación como secretario de redacción en la revista Annals de l’Acadèmia i Laboratori de Ciències donde descubrió los trabajos del veterinario y tisiólogo Joaquim Ravetllat sobre la bacteriología de la tuberculosis. A partir de 1916 y hasta 1923, ambos colaboraron mutuamente siguiendo sus investigaciones.
 

El Instituto de Investigación Ravetllat-Pla

De la colaboración de ambos médicos, surgió la teoría Ravetllat-Pla (por aquel entonces considerada heterodoxa), que posteriormente llevaría a la constitución de un laboratorio de investigación.
El Instituto de Investigación Ravetllat Pla, fundado en 1923 en la planta baja de la casa familiar (actual Casa Museo Nuria Pla), se encuentra abierto al público para conocer un poco más sobre la historia de la tuberculosis. En él se pueden observar instalaciones, aparatología e incluso referencias a los productos más destacados durante los años de actividad del laboratorio: la Hemo-antitoxina Ravetllat-Pla y el Suero Ravetllat-Pla.
 

Gracias a la Doctora Nuria Pla que, durante el exilio político de su padre, tomó las riendas del laboratorio farmacéutico manteniendo su actividad hasta 1980, hoy podemos disfrutar de él en la exposición permanente que el museo le dedica.
 
Debido a un conflicto de intereses, ya que desde el principio el laboratorio se alejó del asociacionismo con entidades comerciales y otras farmacéuticas, se desarrolló como una empresa privada al margen de las instituciones oficiales.

Para el Doctor Pla Armengol siempre fue importante proclamar la “importancia de la investigación sobre la etiopatogenia de la tuberculosis” y por ello, la investigación primava sobre la comercialización de los productos.
 

Últimos años

Tras su exilio, volvió a Barcelona en 1948 para, posteriormente en 1954 publicar su último trabajo Exploración del tórax sin aparatos. Falleció años más tarde, en febrero del 1958 en su casa laboratorio.

El doctor Ramón Pla Armengol dejó una huella imborrable en la lucha contra la tuberculosis. Su contribución en el campo de la investigación médica proporcionó nuevas perspectivas ante el tratamiento de la tuberculosis siendo su dedicación, su pasión y perseverancia, ejemplo para futuras generaciones.